En diálogo con El Repaso, opinó que el convenio “se trata de una consecuencia más de una política de Estado energético que busca exportar materia primaria sin generar valor agregado”. En ese sentido, precisó que “lo que había en Bahía Blanca” (cuando existía la posibilidad de que la empresa Petronas instale una planta de GNL) “25 millones de toneladas, un barco o dos, y después 20 millones de toneladas a producir en tierra”. En ese marco, “se iba a generar una industria donde a la molécula de gas se le agregaba trabajo argentino”. Con el acuerdo firmado por el gobierno nacional, ahora barcos de la empresa ENI serán las que harán esa tarea.
“El trabajo se iba a hacer en Bahía Blanca, donde ya estaba el terreno y donde Petronas había hecho todos los análisis, y como veníamos observando no sólo se fue de Bahía Blanca sino que se fue de la Argentina”, acortó, y aseveró que esto se debió “a la poca seriedad del presidente Milei que anunció en una entrevista con Alejandro Fantino que el proyecto se iba de Bahía Blanca a Río Negro porque el gobernador Kicillof era soviético. Cuando se enteran por televisión se van del país”.
Luego explicó que “cuando se van el proyecto cambia, desde 2013 a 2020 que empezó a trabajarse con Petronas de los 3 gasoductos, la planta y la exportación de GNL, fue mutando en un proyecto que parte hoy se firmó en Roma, que tampoco es la decisión final de inversión”, concluyó.