“Para mí el caso más paradigmático, además del discurso permanente de Milei de ‘odien más a los periodistas’ es el disparo contra la cabeza de Pablo Grillo de una bomba de gas lacrimógeno porque eso es acción”, remarcó. Seguido, añadió: “Si fuera solo discurso sería peligroso porque no lo decimos nosotros, lo dice un presidente de la Nación que tiene poder”.
En ese marco, el periodista señaló que por lo tanto existe “discurso de odio por parte del Presidente que legitima pero al mismo tiempo hay represión directa contra los periodistas. Hay órdenes”. Ante ello, “en el caso de las Fuerzas de Seguridad, la práctica pasa a ser una orden y a su vez cuando no hay castigo interno inmediato, no hay sumario y hay validación: no estamos frente a una simple calentura de policías, gendarmes o prefectos”.
“Cuando ya hay tres de las cuatro fuerzas de seguridad haciendo lo mismo, es una norma. La norma es reprimir en general y pegarles no por casualidad”, concluyó.
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