Al comienzo de la charla en El Holograma y La Anchoa, recordó sus inicios en la fotografía y contó: “Empecé a ganarme la vida con la foto en el año 1973, previamente a eso había intentado tener el grupo de música. La foto de Pinap fue anterior porque ya iba al Foto Club Buenos Aires. En el 73 se había muerto mi viejo, estábamos en una situación económica media penosa, y mi hermano había entrado a laburar en la Editorial Abril. A través de un compañero de él ingresé al laboratorio, fui laboratorista muchos años hasta que me pasaron a fotógrafo y una de las primeras cosas que hice fue ir a Chacarita a una concentración de Argentinos Juniors. Ahí le hice fotos a Maradona”.
Por otra parte, Eduardo Martí reflexionó: “Ahora escuchamos peor que lo que escuchábamos en los 70. En esa época vos tenías un par de bafles grandes, tenías una púa, amplificadores; ahora la gente, para empezar, no escucha más nada. Ya la gente no te escucha un disco entero ni en pedo, no tienen tiempo, les han anulado la capacidad a la gente de poder estar consigo mismos”. A lo que agregó: “Antes tenías una foto en 30x30. ¿Es lo mismo dibujar en un papelito chiquitito que tener un espacio más amplio? No, no es lo mismo. Ahora se venden más lo vinilos que los CD, ya nadie compra un CD porque la gente escucha por Spotify. El que compra, compra el objeto porque quiere tener el objeto”.
Ya hablando del libro de fotos titulado Spinetta, Roque Di Pietro, quien dirige la editorial Vademécum, expresó: “Un amigo periodista de la provincia de Córdoba es amigo de Lucas (hijo de Martí) y me comentó sobre este proyecto. Yo ya sabía que existía, en los pasillos editoriales ya se conocía. Dylan lo tenía maquetado ya, hablé con él y me mandó a la casa del diseñador a ver el libro. Ahí le dije a Mario, yo solo no podía encarar esto, y fuimos a verlo. Lo publicamos prácticamente muy parecido a lo que ya estaba hecho, el tamaño es exactamente eso”.
“Lo que más que nada sugerí fue el detalle del stamping en la tapa. Igualmente el libro, el mayor porcentaje te diría, ya estaba concebido así. Dylan tenía una referencia muy fuerte de un libro de unos diseñadores del grupo Hipgnosis. De hecho cuando nos reunimos nos recibió con ese libro arriba de la mesa”, precisó Mario Agustín de Jesús González, co-director del sello discográfico Sonamos.
Retomando la conversación, el fotógrafo y también músico señaló: “A veces es preferible olvidar, sobre todo en la actividad creativa para no repetirte a vos mismo. Yo siempre tuve la suerte de trabajar con gente muy inteligente, no era que yo venía y decía 'vamos a hacer tal cosa', era un ping pong que podía durar diez días. Luis se involucraba en las fotos, no era que me llamaba y me pedía que le sacara una foto”. Mientras que agregó: “Luis podría haber trabajado para Pininfarina perfectamente, dibujaba autos espectacularmente. Era un gran dibujante”.
“Nadie estaba dispuesto a hacer este libro porque es muy costoso. A la vez, yo habiéndolo conocido a Luis me resistía a hacer un producto que no estuviera a la altura de los más de cuarenta discos que dejó. Entonces tratamos de hacerlo lo más cuidado y lo mejor posible. Roque y Mario se pusieron la camiseta y lo sacaron adelante”, aseguró. “Por sobre todas las cosas, todo es un libro sobre la amistad, la vida misma. Compartimos muchas cosas. Sí, es un libro sobre la amistad y sobre el paso del tiempo, la fugacidad de la vida”, concluyó.