Hace casi 10 años,  Diego Quinteros se quedó sin trabajo y Débora Ibañez estaba embarazada. Entonces hicieron empanadas y salieron a venderlas puerta a puerta. 
Crecieron y crearon un local  en la Paternal donde se come como en casa y sus empleados son adultos mayores y jubilados que aportan sus experiencias. 
En contacto con "El Tenedor de Libros" por la radio pública, Débora contó que “seguimos eligiendo trabajar con adultos mayores porque son las personas que cumplen, se comprometen y nos brindan honestidad, confianza y mucho respeto por lo que hacen”.
Seguido, relató que en la actualidad cuentan con tres locales: “Abuela Maruca, comidas caseras, que fue nuestra primer rotisería. Y luego con el correr del tiempo llegaron las Nonas. Ramona Petrona, el restaurante,  Abuela Maruca y Nona Simona”.
“Así nos vamos ampliando e incorporando a más adultos mayores que es la gente que hoy a nosotros nos genera tranquilidad y con la cual formamos una gran familia además de un gran equipo de trabajo”, cerró