La doctora en Química e investigadora principal del CONICET, recordó que “el tema del arsénico en agua tiene más de un siglo en Argentina, en 1913 se hizo una investigación por un médico que asoció trastornos dermatológicos con eso”.
En diálogo con ‘Todo este ruido’ por Radio Provincia, señaló que “se sabe del problema pero nunca se le da la importancia correspondiente. Cada tanto sale algún estudio, pero hay muchos investigadores que trabajan en el tema”.
La científica cuestionó la falta de políticas sostenidas porque “no se aborda correctamente y todo el tiempo vuelve a la luz por alguna noticia”.
Respecto a los efectos en la salud, explicó: “Estamos hablando de ingesta pequeña por tiempos prolongados de la vida, no es un gran consumo de una sola vez. Hay manifestaciones clínicas diversas que surgen por consumo de pequeñas cantidades por un tiempo prolongado”.
El problema, detalló, se concentra en el agua de pozo, “que ocurre más que nada en la Provincia, en capital hay una red de distribución de agua potable que es muy buena”.
Sobre los parámetros internacionales, Litter subrayó: “Hay que hacer un análisis, la cantidad de arsénico que tiene que haber es cero, pero es imposible. La OMS ha recomendado una cantidad de 10 microgramos por litro como máximo. En Argentina todavía está en discusión, se dio el valor de 50 y entre 10 y 50 los trastornos a la salud no son tan graves. A mayores cantidades puede traer problemas más serios”.